Han pasado doscientos nueve años, donde un 20 de febrero de 1813, se llevó a cabo la Batalla de Salta.
Hecho histórico militar recordado por ser la batalla que afirmó definitivamente el sentimiento de soberanía argentina y el fracaso del poder español en las Provincias del Noroeste, desvaneciendo la incredulidad del interior en el éxito de la revolución de Buenos Aires y devolvieron a los argentinos la fe en el poder de sus ejércitos.
La batalla de salta también es recordada porque el Grl Belgrano “Brigadier General del Ejército Auxiliador del Perú”, tenía órdenes precisas de retirarse a Córdoba cediendo todo el territorio desde Jujuy; órdenes que, imprevistamente para un hombre de sus características, no sólo desobedeció, sino que en menos de seis meses transformó aquello que, según sus propias palabras “decía llamarse ejército y que reunido, acaso no formara un regimiento”, en una fuerza capaz de liquidar militarmente al Ejército realista y empujando al otro lado del Chañí, a las tierras del Manco Capac y Mama Oello, desde donde había venido y de las que no regresó nunca más.
“La batalla por el país Calchaquí”, desarrollada por las miserables reliquias del Ejército derrotado en Huaqui en el río Desaguadero, fue un ejemplo de concepción y ejecución de una maniobra estratégica operacional envolvente, de operación táctica ofensiva de doble envolvimiento, que debió cambiar durante el ataque de un extremo a otro, el sector de incidencia del ataque principal, que debió emplear la reserva, que requirió la presencia del Comandante en el lugar y en momento oportuno decisivos, todo ello en el marco de una operación general de frente invertido.
Salta fue la victoria que significó la reconquista de la capital de toda la Intendencia, zona llave que abría o cerraba el ingreso hacia y desde el Alto Perú y por lo tanto, todo el comercio que a través de aquellos caminos unía a Buenos Aires con Potosí.
La batalla de Salta representa las virtudes de Belgrano, que lo hizo grande para algunos e ingenuo para otros, al conceder al vencido, derechos desconocidos en esos tiempos de degollamiento inexorable al derrotado. Aún llevó más lejos su quijotesca generosidad-Dice Mitre- concediendo a petición de Goyeneche, un armisticio de cuarenta días.
Por todo lo expresado en forma sintética y por ser clave para el desarrollo posterior de la revolución, Salta merece ser considerada entre las grandes batallas libradas por el Ejército Argentino.
Coronel ® Gustavo Angel Schiavo
Director de la Biblioteca Nacional Militar del Círculo Militar.
Fuente utilizada:
Maffey, Alberto J. (2005). Crónica de las Grandes Batallas del Ejército Argentino. Historia de caballeros valientes y desdichados. Buenos Aires: Círculo Militar.
